No os lo voy a negar, mi entrada y salida del 2016 al 2017 ha sido durísima.
Corrí la San Silvestre súper motivada y a pesar de que la carrera se dio bien, quitando los primeros 2 kms que fui más lenta que una tortuga (cada año flipo más con la de gente que se anima a correrla), acabé la carrera andando con los dos cuádriceps y los dos gemelos subidos (vamos un pingüino andaba con más estilo que yo) y como consecuencia hice la segunda peor marca de mi vida en esta carrera. (Súper rápido inciso cuando sales en cajón es porque tienes un tiempo en una carrera que abala la marca que vas a hacer, así corres con gente a tu ritmo, en la San Silvestre si quieres correr y no andar media carrera es súper básico).
Pero mis desgracias no hacían más que continuar, en lo que llegaba al ropero me quedé súper fría y estuve temblando hasta las 9 de la noche (me llegué a plantear no salir... fue un pensamiento que se evaporó rápido) y entré en el año a lo grande. Me robaron el bolso y no podía entrar en casa, ni comer nada, dado que tanto mis llaves como la insulina estaban dentro.
Ahora os preguntareis, ¿a cuento de qué tanto rollo?, si esto va de deportes.
Fácil respuesta, nuevo año, nuevas resoluciones. Y no os lo voy a negar, va a haber días duros. No todo es haber conseguido estar más fino o sentirse orgulloso de uno mismo. Hay días en los que te preguntas qué narices haces: ¿Por qué no desayunas todos los días donuts?, o ¿merece la pena realmente madrugar para ir a entrenar?¿voy a salir a correr con el frío que hace que no hay ni un dementor en la calle?
Y deciros que sí. que estos son los días que realmente cuentan, los que suman, porque entrenar cuando apetece y lo que apetece es muy fácil y quedarse en la cama todavía más. Pero los días en los que se forjan las marcas, los pr (récords personales), son los días duros. Porque nada que merezca la pena se logra sin esfuerzo y en el deporte como en la vida si quieres resultados hay que trabajar para ello.
A veces no será un día, sino una semana, y si encima hay lesiones incluso más. Entonces es cuando hay que cambiar el chip y cambiar de rutinas. Replantear el entreno: cambiar las rutinas, las horas, la alimentación, apoyarte en quien te ayude normalmente a seguir adelante.
Pero no te rindas, porque rendirse no sirve para más que para sentirse peor que contigo mismo.
Recapacita, ¿qué has conseguido ya? ¿realmente es tan grave ese desliz? ¿qué es lo que te ha hecho fallar? ¿estás apreciando lo que realmente ya has hecho o sólamente piensas en lo que no sale?
Y cuando hayas pensado qué es lo que ha pasado, vuelve a la carga con las pilas recargadas.
No somos dioses, somos humanos y es en esta humanidad donde nos damos cuenta de lo que realmente importa.
¡Que sí, que mi marca de la San Silvestre fue bastante mala! Pero no puedo olvidar de los nervios sensacionales de antes, lo que disfruté con mis amigos, qué corrí sin cascos y que pude disfrutar de los ánimos y el calor de la gente. Y quizás que me robarán el bolso fue una auténtica M, pero me dí cuenta, una vez más, de la suerte que tengo con la gente que me quiere y en ningún momento me sentí como que se acababa el mundo.
Así que ... Queridos lectores, comeros el 2017 !!!! Ir a por todas, no daros por vencidos y no os olvidéis... ¡FELICES AGUJETAS ESTE 2017!
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