lunes, 7 de mayo de 2018
Mi cuerpo, mi deporte
Perdón si me horrorizo cuando oigo "yo no quiero ponerme así".
Yo no quiero que se me noten las venas (al culturista), yo no quiero tener las piernas fibrosas (al ciclista), yo no quiero ponerme tan fuerte (al halterófilo) , yo no quiero parecer desnutrido (al maratoniano)... Y un sin fin más de de miedos...
Mi cuerpo es mi instrumento, una persona con mucho peso terminará mucho peor una maratón que una persona muy delgada y una persona muy delgada no podrá levantar mucho peso. Eso es así nos guste o no.
Perdón si me la "suda" tu canón de belleza. Ya pasé esa fase en la que quería ser más delgado, estar más fuerte, tener más culo... un deportista de verdad no busca cumplir un canon de belleza dictaminado por una pasarela o una revista. Un deportista de verdad busca el cuerpo que le lleve a ganar.
Como deportista admiro mi cuerpo por lo que hace y no por como se vé comparado con mi vecino. El corredor de maratones buscará estar fino, el nadador una espalda ancha, el powerlifter un cuerpo fuerte, el saltador unas piernas largas...
El cuerpo del deportista es una obra de arte. Cada milímetro cuenta una historia. Cada músculo retrata mis horas de trabajo, cada cicatriz cada caída y lágrima... Y eso hace mi cuerpo arte. Como buen escultor llevo por delante muchas horas de trabajo y esfuerzo, y las que me quedan. Mucho sudor derramado, muchos comentarios por dejar de hacer otras cosas, por como lucimos, por como comemos, por el cansancio...Y todo con un objetivo: ser el mejor en lo que hago.
Y como quiero ser el mejor, poco me importa como veas y lo que opines. Yo veo mi reflejo y veo un ganador. Poco me importa que me comentes que me ves muy grande o que debería comer más que parezco desnutrido. Como lo que debo, porque mi cuerpo es una máquina de generar victorias, y como tal lo mimo y cuido como el mayor de los tesoros. Porque mi cuerpo es mi máquina de triunfar, mi obra de arte, mi tesoro.
Perdona, si no me entiendes. Si me miras con incredulidad cuando te hablo de mis victorias. ¿Qué victorias te preguntarás? Pues la victoria de superarme cada día, de ser un poco mejor, de vencer a la media que prefiere sentarse a esperar. Porque en una sociedad donde casi todo se puede comprar mi mayor tesoro es lo que yo solito he conseguido con mi esfuerzo y dedicación.
Perdona si no me importa que no entiendas. Yo, con mi espalda y bíceps según tú demasiados grandes para una chica, soy feliz y estoy orgullosa de mi cuerpo.
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