lunes, 13 de noviembre de 2017

El mayor error de todos

Buenos días,
En dos semanas tengo la Copa de España y es el segundo campeonato en el que compito en un plazo de un mes. Entreno seis días a las semana mínimo 2 horas y estudio y trabajo. No paro y es fácil perder así el norte. Y en un momento dado lo perdí.


Antes cuando corría era más fácil, me ponía un dorsal finde tras finde y aunque sabía que no iba a ganar nada lo daba todo. Sólo competía contra mí. Cada fin de semana era una nueva oportunidad de bajar mis marcas y ser un poquito mejor, demostrarme a mí misma que mi entrenamiento tenía un resultado era el objetivo o ser capaz de correr más kilómetros.
Pero desde que empecé a competir en Powerlifting he caído en el mayor error de todos. He cometido la estupidez de compararme con el resto.

Soy una persona naturalmente competitiva, como cualquier otro deportista obviamente, me gusta ganar, pero no sólo ganar, sino darlo todo, dejarme la piel y ganar. Y en un deporte de fuerza como el Powerlifting es muy fácil saber si vas a ganar comparándote con los otros.

En los últimos meses he caído en el mismo error que tantos otros, compararme a través de las redes sociales. Y estoy hablando de mi deporte, pero te puede pasar en cualquier otro deporte o en cualquier otro momento de tu vida. Esta chica hace tanto y yo tanto, puff estoy muy lejos de alcanzarla... Buahh la gano seguro...

¡ERROR! Hay que parar y rebobinar, porque cuando caemos en la comparación pueden pasar dos cosas: o te confías o te aterras. Como consecuencia de ellas dos te desconcentras. Y lo peor de todo se te olvida lo más importante: son tus esfuerzos los que cuentan.

Porque cuando uno se compara nunca es objetivo. Y podríamos pensar, ¿cómo no vas a ser objetivo? Si el peso es una unidad de medida exacta, si el tiempo es otra, si los puntos que has marcado en un partido son los mismos para todos... Sí, es verdad, pero lo maravilloso de ser humano es que todos somos distintos y como consecuencia nuestras situaciones lo son también.

Porque cuando te comparas con alguien no sabes sus situaciones, su tiempo, si le ha pasado algo en su vida personal... Si tiene más facilidades para entrenar o menos, si le pasa algo...Y podríamos caer en el error de decir... NO HAY EXCUSAS, porque no las hay la verdad, pero hay cosas en la vida que no se pueden evitar y no se pueden frenar, y para bien o para mal sólo conoces las tuyas.


Así que no sé tú, pero yo lo tengo claro, se acabó el compararme con los otros, a partir de ahora me comparo conmigo misma.
Con mi yo de antes, con mi yo de ahora y con mi yo del futuro.
 Porque sólo así seré objetiva. Porque yo me conozco mejor que nadie, sé si me ha pasado algo, si he dormido menos, conozco mi enfermedad y como me afecta o si simplemente si me estoy poniendo excusas porque hoy estoy especialmente vaga.

A partir de ahora me sentiré orgullosa de mis progresos, aunque sean muchos menores que los del resto y me sentiré orgullosa cuando sea muy fuerte, no porque haya sido mejor que otros sino porque es mi esfuerzo, mi dedicación, mis horas y mis debilidades los que lo han conseguido.
A partir de ahora me alegraré si acabo la última y sé que lo he dado todo, mi esfuerzo y concentración máxima, y me enfadaré si aún quedando la primera me dejo fuerzas y ganas en el tintero.

¡¡¡¡Felices agujetas!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario