Este lunes se me complicaron las cosas y no me dio la vida, ni me encontraba yo mentalmente
capacitada (de eso que la musa creatividad decide no levantarse) para escribir un post nuevo.
Pero no podía fallar y mucho menos después de que en el último mes me hayan leído más de 2000 personas, que no os imagináis la "ilu" que me hace.
El domingo corrí la carrera de la mujer en Madrid y después de soportar empujones, sobacos y miradas desaprobadoras, conseguí situarme cerca del arco de salida y así poder correr rápido (apunte: es una carrera que hace mucha gente andando y o sales delante o no corres). Cual fue mi sorpresa cuando llegué arco de salida que vi a dos señoras con mochilas, bien entradas en edad, bien redonditas y sin zapatillas de correr dispuestas a correr casi 7 kms en menos de 25 minutos, ese es el cajón en el que estaban. Mi indignación fue todavía mayor cuando al dar el pistoletazo de salida salieron andando. Así que en honor a este gran momento vivido el domingo, la entrada de hoy el post de hoy va sobre cosas que pasan mientras entrenas que nos enervan.
- Dejarse los cascos o el agua en la mochila : Yo sé que al gimnasio se va a entrenar y que realmente no debería importar tanto rehacer tus pasos escaleras arriba o abajo para volver a tus cascos perdidos en la taquilla más alejada del gimnasio. Gran momento de pena hacia los vestuarios que encima se ve incrementado por algun comentario de ... ¿pero te vas ya?
- Descubrir que te observan: Al principio piensas que te lo has imaginado, es casualidad que siempre que has girado la cabeza estuviera ahí mirándote fijamente. Pero después de que sientas como un agujero en la nuca causado por la intensidad de su mirada, no te quedan dudas estas siendo observado. Entonces empiezan las paranoias, ¿se me saldrá una lorza?, ¿se ha quedado dormid@ con los ojos abiertos?...
- Que te entren ganas de ir al baño justo en medio del entreno: Hoy el entreno está saliendo estupendo, tienes la máquina para ti solo, el área que te gusta, llevas dos series y sólo te quedan otras dos y entonces "outofnowhere", URGENCIA!!!! Sprint al baño con la consecuente pérdida de concentración, máquina y momentum...
- Adiós máquina en el momento perfecto: Llegas y da igual cual sea la máquina (una elíptica, el rack de sentadillas, la barra de tu peso...) está vacía y perfectamente preparada, si hasta parece que tiene puesto tu nombre, así que te colocas a calentar a su vera siempre manteniendo contacto visual, no vaya a ser que alguien te la quite. Pues justo en el momento en el que te giras a coger el agua y trasladarte al sitio, en ese microsegundo en el que sale de tu rango visual, llega alguien y te lo quita.
- Llegar tarde por un parlanchín: Saliste de casa pitando, tienes calculado cada microsegundo, nivel frecuencia cardíaca y número de pasos por minuto, de tal manera que llegues perfectamente a la clase a la que quieres ir. Pues es llegar al gimnasio y cruzarse con alguien (en todos los gimnasios a uno o una, y si piensas que no, es porque eres tú) al cual le urge tremendamente contarte con pelos y señales algo enormemente insignificante para tu vida. Total que al final llegas tarde.
- No encontrar nada: Reconozco que soy una persona desordenada, pero en mi desorden no daño a nadie excepto a mi misma. Pues hay mucha, muchísima, demasiada gente... que le da igual, ni le escuece un poquito el hecho de dejar todos los discos por ahí tirados, las mancuerdas en las esquinas más recónditas y hacerte perder 5 minutos de su vida cada día que entrenas buscando pesas, esos personajes deberían ser forzados a hacer horas extra apilando material del gimnasio. Porque 5 minutos diarios por 6 días a la semana por 4 semanas por 12 meses son muchas horas. En concreto 24 horas es decir un día dedicado a buscar material para entrenar.
- Los ruidos desconcertantes: Esos personajes que resoplan, gritan, gimen... ¿No se oyen? ¿No sienten vergüenza? Una cosa es respirar fuerte, o que en un momento dado se te escape un gritito del es esfuerzo, pero porfavor... Si lo hacéis constantemente me sacáis de mi momento Zen y no será la primera vez ni la última que me tire la barra encima porque alguien me desconcentró por 10 gritos orgásmicos por contracción de bíceps.
- Bajada de azúcar en pleno entreno: Este último punto solo lo entenderéis si sois diabéticos. Pero pocas cosas se igualan a la sensación de enfado, desaliento e impotencia que conlleva una bajada de azúcar en pleno entreno. Un momento lo estás dando todo, on fire y de repente no me pidas andar a la fuente del agua que me desplomo por el camino. ARGGGGGG!!!
Y hasta aquí el post de esta semana, después de la emoción de la semana pasada hoy tenía que hablar de manera más discernida y alegre.
Sé que me dejo cosas en el plumero pero claro.... Me gusta que leáis los posts y claro si los hago muy largos se hace infumable y no los acabáis (no os culpo yo haría lo mismo).
Muchas gracias a los que me leéis, compartís y comentáis. Gracias por hacer que no me canse de desearos... ¡FELICES AGUJETAS!
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