Parece que la astenia primaveral se ha apoderado de mi cuerpo serrano y me da pereza escribir por segunda semana consecutiva el blog, pero no, ayer fue puente en Madrid y no paré ni un segundo, con la consecuente falta de entrada.
Llevo unas semanas intrigada, he visto a dos o tres mujeres en la cafetería de mi trabajo comiendo batidos. Sí me habéis oído bien, cuando el resto de compañeros sacan sus tarteras con la comida del día, ellas sacan sus shakers de colores brillantes y los rellanan de agua y polvos, y con eso comen. Podría tratarse de un hecho aislado pero es que se lo he visto a varias mujeres. Este evento, que por mucho que lo intente jamás entenderé (¿quién en sus sano juicio y sin razones médicas, por decisión propia puede sustituir el hecho de disfrutar de la acción de masticar y disfrutar de distintos sabores?). Por otro lado otro evento extraño se ha sumado a las bebedoras, el gimnasio está lleno de gente nueva, y las cintas de correr están siempre llenas. ¿Casualidad? No lo creo, ha llegado la quinta estación del siglo XXI, la estación de la operación bikini (se sitúa entre la primavera y verano por general pero puede variar).
Yo personalmente (incido en esto porque luego se me lanzan a la yugular) me opongo a la operación Bikini o al menos a la operación Bikini (o bíceps de acero) extrema con prisas y a última hora. A ver me explico, que no soy ahora una anarquista ni nada así, claro que a todo el mundo le gusta ponerse el bañador y tener un tipazo que quite el hipo pero intentar conseguirlo a última hora, a marchas forzadas y mediante machaqueo ni es sano, ni útil, ni placentero.
Básicamente la operación preplaya está formada por dos factores que pueden ir combinados o tratarse de manera individual: la dieta megahipocalórica y falta de nutrientes y el machaqueo de gimnasio.
- La dieta hipocalórica: Te has pasado todo el año comiendo lo que te sale del pie pero en un mes tienes que plantarte en la playa y en este momento eres capaz de dilucidar en tu único abdomen la pizza entera que te comiste anoche. ¿Solución? Lechugita a saco poco y ya si se te va la pinza los engañabobos sustitutivos que venden en la farmacia (en fin...). Vale, vamos a imaginarnos que pierdes esos 5 kgs que querías quitarte, que eres capaz de sufrir todo lo que hay que sufrir durante ese mes previo ( te olvidas de la cerveza, de los carbos en la cena, y tu ensalada la aliñas solo con vinagre de uva, olvídate del balsámico que lleva azúcar). Llegas a la playa o a la piscina municipal (que no todo el mundo puede darse lujos jejejej) y te queda el bañador alucinante, pero...¿vas a ser capaz de mantenerlo todo el verano? Adiós helados, tapitas y vermut con los amigos... ¿Merece la pena? Total ya tienes tu cuerpazo de verano que más dará la cerveza pre, post y durante playa... Y entonces llega el odiado efecto rebote, tu cuerpo que se había acostumbrado a vivir a base de lechuga, empieza a almacenar todo como excedente (aka michelines), y entonces en el mismo tiempo que lo habías perdido todo... ganas hasta más de lo que habías perdido... Y llegas a septiembre preguntándote porque parece que te has zampado a tu hermano gemelo. Y digo yo... (no sé mi humilde opinión), ¿no sería mejor mantener una dieta equilibrada (ojo no hipocalórica) todo el año, con todos los nutrientes necesarios para estar sano y darlo todo y de vez en cuando darte tus caprichos? Después de todo vas a sufrir preverano para luego estar luego peor postverano. Vale que la primera semana tendrás unas fotos flipantes pero ... lo primero ha de ser siempre la salud, no el postureo.
- Machaqueo de gimnasio: Llega el mes de mayo y los dueños de gimnasio empiezan a frotarse las manos y los monitores a temblar. El parque se duplica con gente corriendo y en los tendederos por la calle se puede apreciar más ropa secándose. Vamos a ver (otra vez en mi más humilde opinión) hacer deporte tiene tres fines. El primero, y más importante, salud. En el siglo XXI en los países desarrollados tenemos un exceso de comida y un déficit de movimiento. Piensa en lo que comes y te mueves en un día de trabajo y lo que comía y se movía tu abuelo. No sé tú pero mi abuela trabajaba en el campo y en la casa y no hacía 5 comidas al día. ¿Qué pasa si eso déficit de ejercicio no lo cubrimos? Que llega el sobrepeso con sus correspondientes problemas y así está el índice de sobrepeso en el primer mundo (datos oms). El segundo motivo para hacer deporte es ocio, somos muchos los locos, según algunos, que vivimos enamorados de hacer deporte. Nos gusta y disfrutamos moviéndonos, es más nos lleva hasta el extremos de correr 42 kms y disfrutar con sudar. Y el tercero es el fin lucrativo, unos cuantos avanzados tienen la suerte de poder vivir del deporte. Ahora bien, ¿qué pasa si el deporte se convierte en solamente un medio para perder peso?, puede convertirse en una tortura e incluso una obsesión. Correr como pollo sin cabeza sólo por el hecho de perder peso (no me voy a meter en el mito de que con cardio se quema más, eso otro día) y curls de bíceps eternos con miles de repeticiones por el solo hecho de... (frase real escuchada en mi gimnasio) conseguir "lo que le gusta a las nenas". Innecesario lesivo e imposible de mantener en el tiempo.
Entonces queridos lectores antes de lanzarse a cualquiera de las anteriores opciones o ambas. Piensen, ¿qué es mejor y merece más la pena? Llevar un estilo de vida saludable todo el año, aunque no se tenga el cuerpo perfecto sino el más saludable para tu vida o... sufrir un mes para conseguir durante una semana para conseguir el canon de imagen impuesto por un sector de la sociedad que se mueve por dinero, para luego acabar con el cuerpo peor.
Yo me planto, nunca cumpliré el canón de cuerpo ideal.
Pero, lucharé para seguir teniendo, incluso cuando haga -20 grados y lleve más capas que una cebolla, un cuerpo sano y ágil. Que me permita seguir cargando con mis propias bolsas de la compra, subir las escaleras a mi casa de dos en dos y correr detrás del bus sin correr el riesgo de una taquicardia.
Feliz semana y .... FELICES AGUJETAS!!!!
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